Bilbao logra la carta puebla y por tanto la condición de Villa en el año 1300 y lo hace sobre el preexistente «puerto de Bilbao». Por tanto, fue antes puerto que ciudad.
En este puerto comercial, sobre todo, salía lana castellana y hierro de Bizkaia rumbo al norte de Europa, de donde volvían productos manufacturados que se redistribuían por la península.
En el año 1511 se funda el Consulado de Bilbao, cuyo nombre completo era «Consulado, casa de Contratación y Juzgado de los hombres de negocio del mar y tierra y Universidad de Bilbao». Esta institución tuvo mucha importancia en el desarrollo de la villa ocupándose de todo lo relativo al comercio, navegación, obras de canalización de la ría, jurisdicción, etc.
Cuando desaparece el Consulado en 1829, sus funciones las realizan la Junta de Obras del Puerto y la futura Cámara de Comercio.
Entre dichas funciones está la de regular el tráfico comercial a través de una normativa llamada Ordenanzas, cuya primera edición es de 1531 y cuyo punto culminante fue en 1737, edición que estaba expuesta en el museo. Se trata de una compilación de derecho mercantil muy bien realizada. De hecho, cuando desparece el Consulado, se convierte en la base del Código de Comercio español y de numerosos países de Sudamérica y Filipinas.